La humanidad ha estado siempre interesada por la existencia de paraísos escondidos en lugares recónditos de la Tierra donde milagrosamente, los seres humanos seríamos capaces de convivir en paz y armonía con la naturaleza. La isla de Atlántida, el Castillo de Camelot, la isla de Ávalon... Espacios legendarios donde la naturaleza del hombre no conduce a la destrucción, donde el individualismo no existe y la libertad reina.
El reino de Agartha, que en el idioma sánscrito significa "comunidad suprema", alberga una civilización que mora en el interior de la Tierra, un mundo espiritual en el que habitan seres altamente evolucionados donde no existe el tiempo.
Educación y mitología parecen estar hoy más conectados que nunca.
El Aula, paraíso esotérico para muchos docentes, algo oculto o reservado y de difícil acceso para otros; alberga también una comunidad regida por valores ambiciosos propios de reinos legendarios como este. Se conforma por una especie capaz de crear construcciones imposibles, de alcanzar mitos y leyendas y superar la realidad que nos rodea y donde, a menudo, también se para el tiempo.
El reino de Agartha, que en el idioma sánscrito significa "comunidad suprema", alberga una civilización que mora en el interior de la Tierra, un mundo espiritual en el que habitan seres altamente evolucionados donde no existe el tiempo.
Educación y mitología parecen estar hoy más conectados que nunca.
El Aula, paraíso esotérico para muchos docentes, algo oculto o reservado y de difícil acceso para otros; alberga también una comunidad regida por valores ambiciosos propios de reinos legendarios como este. Se conforma por una especie capaz de crear construcciones imposibles, de alcanzar mitos y leyendas y superar la realidad que nos rodea y donde, a menudo, también se para el tiempo.